Jardines del Palacio

Uno no sabe si llamar castillo o palacio al castillo (es un juego de palabras, pero es cierto). Cuando se habla de él desde abajo se le llama castillo. Pero cuando se visitan sus jardines, pasa a ser palacio. Quizá porque los jardines barrocos tienen más sentido en un palacio que en un castillo, aunque haya sido lo mismo dependiendo del momento histórico.

A día de hoy, lo cierto es que los jardines del palacio son estupendos. Si bien son mucho más pequeños que los que uno se puede encontrar en los grandes palacios europeos, sí que tienen un aire y, en plena flor, ofrecen un paisaje fabuloso.

Estos jardines del castillo, a los que llegamos tras cruzar el puente oculto, son otra parte importante del complejo, pues aquí podemos relajarnos del ajetreo dentro del edifico y disfrutar de un poco de naturaleza. A parte de lo cuidado y colorido del jardín, hay un teatro rotativo al aire libre al lado de la “pequeña” casa de verano.

Hacen falta días para contemplar en su extensión los jardines del castillo por completo.