Victor Raul Tironi
Maglev
Decirle a un argentino que un tren puede "levitar", es como si lo estuvieras cargando, pero estábamos en China y acá ya nos habíamos sorprendido gratamente por varias cosas. Llegamos a la estación, que parece un centro comercial, todo brilla, creo que pagamos 140 yuanes, vimos llegar el tren en silencio, nos subimos y ante nuestra sorpresa en menos de ocho minutos estábamos en Pudong, aeropuerto internacional de Shanghái, la gran sorpresa fue cuando quisimos saludar al conductor, en la cabina no hay nadie!! solo computadoras. Un lujo asiático sin dudas.