Agradable descubrimiento
Al empezar mis vacaciones este año llegué a El Prat de Llobregat para pasar una noche. Quién iba a decirme cuando nada más dejar las cosas en el hotel, buscando simplemente un lugar donde comer algo después del largo viaje, me iba a encontrar (por recomendación de la recepcionista del hotel ;)) con este lugar.
Es un restaurante situado en un pequeño parque que tiene en medio un pequeño lago artificial. Y resulta que el John Duck está justo encima del lago, montado sobre una estructura de madera y con un techo en forma de cúpula de estilo vanguardista. El aspecto es muy cool y parece más un bar de copas para por la noche que un restaurante.