Lol Tuk, mucho más que una joyería
Otra de las cosas que hicimos en Izamal además de pasear por sus pintorescas calles, ver su convento franciscano, subir a lo alto de la pirámide maya de Kinich-Kakmó y degustar la rica comida regional yucateca en el restaurante Los Mestizos, fue visitar una joyería. La verdad es que al principio nos sonó muy raro ya que sería uno de los últimos lugares que nosotros visitaríamos pero en Mérida nos lo recomendaron ya que en Izamal hay una larga tradición en joyerías artesanales.
De las que hay decidimos ir a la joyería Lol Tuk que quiere decir Flor de Cocoyol en lengua maya. Esteban, el dueño, nos recibió con los brazos abiertos y nos explicó lo que hacen y como lo hacen, mostrándonos los distintos procesos por los que pasa el espino de henequén, una de sus materias primas principales. También trabajan el Cocoyol, una semilla dura como una piedra que pulida, puede llegar a parecer un auténtico mineral.
Allí pasamos cerca de una hora entre historias y anécdotas divertidas que nos contaba Don Esteban siempre muy atento a que viéramos y entendiéramos como se fabrica una joya y es que en eso es todo un experto ya que según nos contó, lleva más de 30 años creando arte. Al final de la visita nos mostró alguna de las piezas ya acabadas y después de ver el proceso os podemos asegurar que para hacer un collar de espinos de henequén se necesitan muchísimas horas. Eso sí, los precios también estaban fuera de nuestro presupuesto. Una lástima ya que no nos hubiera importado llevarnos algo de su joyería ;)
Aquí te dejamos el relato completo de nuestra visita al bonito pueblo colonial de Izamal :)
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