Hace miles de años...
Bueno, pues la idea no era visitar Knowth, sino Newgrange, puesto que habíamos oído hablar mucho de la importancia y belleza del lugar. Pero quiso el destino que el número de visitantes para ese día hubiera llegado a su límite, y que encima la hora de visita del monumento ya había pasado.
Así que en un principio nos resignamos a no visitar ninguno de los yacimientos del conjunto de Brú na Bóinne, pero una vocecita que venía del pasado nos dirigió al precioso centro de visitantes y una vez más, armados con la tarjeta Heritage, nos arriesgamos a visitar Knowth en su última excursión del día.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de estos conjuntos neolíticos se encuentran en terrenos privados, por lo que sólo se puede acceder a ellos desde el centro de visitantes y en unos pequeños autobuses que nos llevan hasta la puerta de cada recinto.
Quizá Knowth no sea el más conocido entre los sitios que forman el conjunto, pero si que es el más importante, ya que las diversas capas que han encontrado los arqueólogos demuestran que estuvo habitado desde el 2.500 antes de Cristo e incluso se construyó un castillo normando en su cima. Y es que hay sitio suficiente, ya que el túmulo es enorme, con dos corredores de hasta 40 metros de largo y 17 tumbas que lo rodean. Esos corredores reciben la primera y la última luz de los equinoccios, ya que están orientados de manera estratégica para cumplir con los rituales neolíticos de culto solar.
Según vamos rodeando el gigantesco túmulo ( es tan grande que no pude hacer una foto en la que saliera entero) vemos enormes piedras en su base con grabados espirales que según han ido descubriendo podrían ser mapas estelares o algún tipo de calendarios solares para la cosecha.
Para finalizar entramos en el túmulo, apenas unos metros pero que nos dan una idea del tamaño del mismo y luego a la cima, desde donde podíamos ver el valle desde nuestro privilegiado e histórico mirador.