raul cortazar cortazar
Una mezquita para recordar
Con mi mochila de 25Kg salí del pequeño hostel de Kazán donde me alojaba para continuar la ruta transmongoliana que empecé en Moscú. A -19ºC y sin conocer la ciudad, comencé a caminar y fui recorriendo sus calles espontáneamente.
Al rato, un anciano me indicó la dirección hacia el Kremlin y me dirigí hacia él sin saber donde estaba la entrada. En unos minutos, estaba con la nieve casi hasta la cintura intentando alcanzar la Mezquita Qol-Särif como si fuera la cima de una montaña; fue precioso llegar a la muralla y ver la construcción más moderna de este complejo monumental como si fuera una meta.
Reconozco que en mi paseo por el Kremlin de Kazan disfruté de la Catedral y las torres de la ciudadela, pero sin duda mi recuerdo es la imagen de la mezquita con un azul brillante por el sol de ese día y las extremidades heladas de avanzar a través de la nieve.
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