Algo único
Con independencia de cuando lleguen las primeras lluvias de septiembre, el inicio de la berrea de los venados se puede adelantar o atrasar hasta un par de semanas. Pero para finales de septiembre la Sierra de Cazorla suele resonar con insistencia.
Ese año 2011 el otoño viene retrasado, pero me recomendaron hacer la reserva en el parador (lleno absoluto) para el último fin de semana de septiembre y tuve la inmensa suerte de que cayó un buen chaparrón la noche de mi llegada.
La gente de este lugar dice que cuando los machos se mojan el lomo con la lluvia se acentúan sus bramidos.
El nombre de berrea viene dado por los bramidos o berridos que los machos lanzan al viento con todas sus fuerzas para llamar la atención de las hembras de los alrededores. Con la caída del sol, machos y hembras se asoman a determinados claros del bosque elegidos como campo de batalla para las refriegas entre los machos dominantes. Cada uno se adueña de una pequeña zona, a la que intenta arrimar el mayor número de hembras.
Este cortejo se convierte en el más esperado cada año por los aficionados a la observación de la naturaleza.
Los fines de semana en esta época supone ver a hordas de familias con bebés y perros, e incluso autobuses hacer su aparición por el parque cinegético quitando gran parte del interés y de la privacidad a los animales que se ponen a resguardo, no obstante se les puede oír desde muchos lugares del parque y a todas horas.
Intentar ir entre semana es algo fundamental.