Carlos Rodríguez-Maribona
Un buen restaurante.
Tiempo sin pasar por allí, y el nivel sigue alto, con muchos sabores potentes, y esa fusión tan divertida entre lo asiático, africano y español. A destacar el falso huevo, los aperitivos como siempre y platos más contundentes como el salmón o la costilla. Precios altos, pero el servicio empieza a estar al nivel de estos.
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