Toda una hazaña del ingenio humano
La Cúpula del Brunelleschi es una auténtica obra maestra en todos los sentidos de la palabra. La cúpula de 45 metros de ancho domina el horizonte florentino y su construcción fue una hazaña del ingenio humano. ¿Puedes imaginar lo que debe haber costado construir una cúpula de esta magnitud en el siglo XV?
Es impresionante, especialmente cuando se tiene en cuenta que la cúpula se añadió posteriormente a la nave de la catedral que ya había sido construida siglos antes y el hombre a cargo del proyecto, Filippo Brunelleschi, era un relojero sin experiencia ni formación en arquitectura. Casi tan famosos como la propia cúpula son los impresionantes frescos del Juicio Final de Giorgio Vasari que decoran el interior.