Una calle con sabor a mar
La Tour Grosse-Horloge o Torre del Reloj es la monumental puerta de entrada a la villa fortificada de La Rochelle, atrás quedan las tres impresionantes torres que velan incansables frente a Le Vieux Port, atrás queda el amasijo multicolor formado por los veleros fondeados en sus tranquilas aguas y atrás queda el agradable frescor que proporciona la suave brisa atlántica que sopla en la bocana del puerto.
Antes de deambular por la villa merece la pena detenerse unos instantes frente a la Porte de la Grosse Horloge , antiguo pórtico de la muralla que separaba el puerto del casco antiguo y contemplar su estructura distinguiendo los diversos elementos que la componen: una base cuyas primeras piedras se colocaron a finales del siglo XII , un cuerpo central que se completó en el siglo XIV y que contaba por aquel entonces con dos entradas, una para los transeúntes de a pie y otra para las caballerías; unas torrecillas laterales que enmarcan el mencionado cuerpo central , un bello campanario octogonal añadido en el siglo XV y una cúpula decorada con pilastras y Cupidos fechada en la primera mitad del siglo XVIII.