Alberto Nassivera
Pintura tridimensional e historia argentina
Recientemente conmemorado el Bicentenario del Combate de San Lorenzo, en la República Argentina, el artista Alberto Nassivera presentó una colección de pinturas de su autoría, denominada: “La Historia Jamás Pintada”.
La muestra se presentó ya en el Instituto de Seguridad Pública de la Provincia de Santa Fe, en el Museo del Convento “San Carlos Borromeo” de la ciudad de San Lorenzo, en la Biblioteca Popular “Domingo Piccolo” de la ciudad de El Trébol, en el Concejo Municipal de la Ciudad de Rosario y en la Casa de Santa Fé en Capital Federal. Además, varias entidades más han solicitado ser sede de exhibiciones similares, que continuarán manifestándose a través del corriente año.
El motivo de las exposiciones es mostrar un recorrido audiovisual, contando la historia y mostrando las obras, a través de esta acción militar bautismo de fuego de los Granaderos a Caballo y la única que protagonizara José de San Martín en suelo argentino, revelando su genio táctico y estratégico. Muy a pesar de los detractores que consideraron este combate como “poco importante”, fue trascendental, una victoria crucial para las armas patriotas y sus consecuencias marcaron definitivamente la formación de la “América Independiente”.
Plagada de descripciones, algunos mitos y bastantes errores, el autor debió revisar documentos, relatos y anécdotas durante más de diez meses, descubriendo en esta importante recopilación que la historia está repleta de hechos fortuitos y de interesantes particularidades, logrando plasmar el grupo de cuadros que pueden observarse a modo de testimonio de ese acontecimiento.
Las obras y las descripciones son absolutamente inéditas e irrepetibles, habiendo sido diseñadas siguiendo fielmente los acontecimientos de ese momento, en base a la bibliografía de los escritores e historiadores más destacados.
Estas pinturas reúnen las siguientes características:
fueron realizadas, durante el año 2012, según el método denominado: Decoupage Tridimensional. Las ocho obras, de 1,20 m x 75 cm, fueron confeccionadas sobre tabla, con el agregado de material, que logró un relieve o textura táctil. Encima de estos volúmenes se aplicaron colores acrílicos, con lo que se completó la textura visual, logrando una combinación entre los bajo relieves y la pintura propiamente dicha, que produce una serie de efectos muy particulares sobre el observador. Cada una de ellas demandó entre 80 y 90 horas de trabajo para su concreción. Todas se encuentran encuadradas, en fina terminación.
Cada cuadro está acompañado por carpetas fotográficas y textos con una descripción de la técnica empleada para realizarlos. Otras explicaciones sitúan a los visitantes en el momento histórico que representan e indican los autores consultados.
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