Impresionante.
Al entrar no te da la sensación de que vayas a disfrutar de una de las mejores comidas; pero esa peculiar entrada, junto a la poca atención que te puedan dispensar al principio y a la decoración que pide a gritos una renovación, no son impedimento alguno para comer realmente bien. Además, sin duda reitero este lugar para comer, a parte por las exquisitas fotos que adjunto, por la apuesta hacia la ecología que realiza: por ejemplo, el vino que pedimos (El Couto) resulta ser elaborado por medio de un proceso completamente natural, y sin duda opino que resulta una experiencia que se debe de probar y que tristemente no se encuentra en todos los sitios.