Palloza por fuera, bar restaurante por dentro
La visita a este restaurante es doble. Por un lado es cultural, pues su exterior sigue siendo el de siempre: planta circular, paredes de piedra y teito (tejado) de paja con caída terminado en punta. Por el otro gastronómica: su interior ha sido remodelado para ubicar en él un restaurante en el que degustar las más típicas delicias del Bierzo.
Merece la pena pasar aunque sea a tomarse un café, mejor si es acompañado por algún bizcocho o tarta hecho a base de castañas, probablemente recogidas por la zona. Disfrútalos al lado del hogar central o junto al escenario si tienes la suerte de pillar ese día actuación. Hagas lo que hagas no olvides levantar la vista al techo para comprobar como las bien entrelazadas hebras vegetales no dejan pasar ni una gota de agua.