Te sientes libre en este pequeño pueblo de pescadores
Llegué a la península de Howth y ya olía a mar. Estaba deseando ver a las dos focas que me dijeron que había, pero antes subimos a una pequeña montañita que hay, conforme iba subiendo se veía mejor la inmensidad del océano.
En la subida te encuentras con la antigua pero cuca casa de un poeta. Tras unos minutos de subir llegamos al punto más alto y lo primero que se me ocurrió hacer fue irme hacia un saliente y poner los brazos en cruz, fue una sensación inolvidable.