Excelente relación calidad precio
Una vez al año, el pueblo de Pollença, en Mallorca, se viste de largo para su marcha fresca.
Por segundo año consecutivo, mi amiga residente allí organizó la cena para todas las que nos desplazábamos a la localidad con motivo de esa fiesta, siendo el restaurante La Posada d' Ariant el lugar elegido en ambas ocasiones. Y cuando uno repite, por algo será.
La ubicación es muy buena. Estás en plena Plaza Mayor, el ombligo del lugar y centro neurálgico donde sentarse y ver.
Siendo más de 15 comensales, optamos por concertar un menú y disfrutarlo sentadas en su terraza. El ambiente era tranquilo y el servicio, muy bueno, dado que supieron gestionar perfectamente que fuéramos un grupo grande. Comimos abundantes entrantes (croquetas, pimientos de piquillo- en su punto, a mí siempre se me queman- y calamares - súper tiernos), planto principal (a elegir entre entrecot y pescado), postre, vino (todo el que quisimos), cafés y licores.