Una posada con vistas, y qué vistas!!
Hay una gran diferencia cuando se ve que un hotel está creado con cariño y vocación de servicio y no por el hecho de agarrar la subvención y arreglar la casa familiar. La posada de Santa Ana está atendida por un matrimonio, Clara y Andrés, que se desviven por que te sientas como en casa. Desde los balcones de la posada se tiene una privilegiada vista del pequeño pueblo de Tramacastilla y de la sierra de Álbarracín, y en otoño es habitual escuchar la berrea de los ciervos en época de apareamiento.
A las habitaciones sólo les falta TV, que a nadie interesa en este entorno, y las seis habitaciones dobles, más una suite, tienen baño completo, calefacción de suelo radiante Conexión Wifi gratuita.