Hotel La Serena

Os voy a contar cómo surgió la idea de este hotel, nada más. Vosotros decidís si merece la pena venir a sentirlo o no. Me gusta viajar, con toda mi alma, creo que es la forma de crecer y aprender en esta vida.

La otra forma es mirar como se mueven los demás.¿No habéis estado nunca sentados en una terraza viendo cómo la gente se mueve? Para saber sentir lo que llega a tu vida, hay que salir primero a buscarlo y eso es lo que yo hice antes de construir La Serena.

Creo que son trece los países que he visitado hasta ahora pero hoteles muchísimos. De todos ellos he copiado un poco, sobre todo de aquellos que son pequeños y están en el Mediterráneo. Muchos de ellos están en Ibiza, otros en Barcelona y Gerona. Alguno de ellos por otros mundos.

La calidad de los productos es sensacional,la terraza con piscinita y tranquila y el trato inmejorable.
Llegamos a las 4 a comer pensando que no nos atenderían y no solo nos han atendido sino que el trato ha sido inmejorable.de entrante crujiente de caballa marinada,ensalada de sandía caramelizada con magret de pato y semillas de amapola(sensacional) de segundo paella con gambetas y para rematar un sorbete de sandía y albaca muy refrescante.Todo extraordinariamente elaborado.
Un mar de sensaciones.Repetiremos!!!!

El sitio ideal , chulo, diferente, eso si un Pelin caro pero claro estos sitios son así, justo en el casco antiguo de altea , con hamman incluido y una tranquilidad fuera de lo común, pues eso se paga, pero muy bien.

Traspasar el umbral de La Serena es introducirte en otro mundo. Acordes de jazz, luz, serenidad, refinamiento, hospitalidad... Elia, con una sonrisa, ofreciéndote una copa de champaña como si nada. La terraza sobre los tejados y las casas encaladas de los pescadores. Su piscina, encantadora, rodeada de pequeños cactus.

Las habitaciones sobre el Mediterráneo. Sus alcahofitas con ibérico y su rodaballo sobre arroz cremoso. La ligera y sabrosa crema tostada. Todo regado con un blanco espectacular que ahora no recuerdo. Y su hammam.

Para repetir vez que una pueda. Con pareja o sola. Da igual.

Un buen lugar para hospedarse en Altea de la mano de Elia y Javier. La luz invade todos los rincones y aunque estas en el núcleo urbano, la desconexión es posible.

Un pequeño hotel donde lo más importante son las personas que lo gestionan, Elia, Javi te transmitirán la filosofía Slow en tus conceptos.

Este pequeño hotel ofrece los refinados encantos del Mediterráneo, con sus paredes blancas, hormigón, hierros y estucos, líneas rectas y materiales sencillos combinados con un elegante mobiliario. Todo lujo de detalles que invitan al descanso y a la imaginación.

Tranquilidad absoluta en cada una de las diez habitaciones que miran al mar. La terraza, la piscina y el hammam invitan a olvidar la rutina y dejarse arrastrar por los sentidos.El hotel La Serena pertenece al club de producto Blanc, sabor y confort de la Costa Blanca.