Lago Inle

El lago de Inle es un magnífico lago de Myanmar, de un color azul muy particular, que seguro te encantará. A parte de hacer excursiones a su alrededor, también puedes pasear por el lago, viendo como los pescadores Intha reman con un movimiento circular del pie, visitando monasterios y locales de artesanías.

El tejido tradicional de la seda es un procedimiento muy interesante, una tradición que se transmite de madre a hija, cada pueblo con sus características y motivos distintos. Es impresionante la rapidez de su rutina, como manejan las máquinas a toda velocidad y aún así sale algo fino y bonito.

Tha Lay es la principal población de la costa oeste del lago Inle y una de las más importantes del lago.

En ella se encuentra mucho turismo extranjero (llevado por las típicas excursiones en barco por el lago Inle), pero también local, ya que la pagoda principal es muy venerada.

Tha Lay tiene casas de madera con mucho encanto y bonitos puentes que cruzan el canal principal, que desemboca en el lago Inle, y canales secundarios.

El mercado de Tha Lay es más grande que el de Nyaung Shwe y acaba a las 12-13 h.

Hay algunos restaurantes con vistas al canal principal.

Uno de los lugares que más me gustó y me sorprendió en mi viaje por Myanmar fue el Lago Inle. Por supuesto que no tiene las fantásticas pagodas de Bagán ni la vida de Mandalay, pero precisamente eso es lo que le dota de un carácter especial.

Recorrer durante el día los pueblos a orillas de lago, ir en busca de algún mercado, recorrer templos o salir en busca de ruinosas pagodas son algunas de las cosas que hacer en este lago en el que la gente vive sobre el agua, se mueve en barca y los pescadores dicen que cuando sacan a un pez del agua lo salvan de morir ahogado.

Para mi alojarse en un hotel del lago tiene también algo especial, no hay más ruidos que los de la naturaleza...

Si me tengo que quedar con un rincón especial me decido por el lago Inle en Myanmar.

En sus 11 kilómetros de largo emergen diferentes pueblos que se han quedado anclados en otra época. Todos son artesanos y se especializan en una actividad concreta (textiles, astilleros, herreros... ) comerciando entre ellos.

Las casas son palafitos de madera de teca y sus habitantes han desarrollado una técnica que les permite remar con el pie mientras pescan.

Ver amanecer en el Lago Inle es una maravilla.Desde el hotel donde estabamos el Paramount y para mas detalles desde su mirador es todo un espectaculo.
La luz se refleja en el lago y segun va saliendo el sol, la luz cambia con unos tonos increibles.Empieza con niebla y termina con un sol radiente, merece la pena madrugar para poder ver esta coleccion de colores y luego desayunar como es debido.

Lago Inle es un rincón especial y mágico. El lago está rodeado por montañas y muchos pueblos flotantes. Visité el lago alquilando una bici y haciendo una ruta en barco al amanecer. Myanmar está cambiando muy rápido, Aconsejo de ir a visitar este precioso rincón antes que se convierta en un destino turístico de masa.

Es un lugar inesperado, el transporte en barcazas hasta el hotel flotante, las casas, los templos, los cultivos, todo sobre el agua del lago a 200 metros de altura sobre el nivel del mar.

Al margen de la maravilla natural que es este lago, puede observarse la vida de las distintas etnias que lo rodean.

Mona, me condujo a un bullicioso embarcadero, donde muchos pescadores Inthas que han sabido adaptarse a la escasez de pescado ahora realizan servicios de taxi con sus lanchas a motor. Allí, nuestro barquero, Aung Naing junto a su pequeño Thar nos esperaba. Comenzamos a cruzar el imponente lago. Lo único que convertía en real aquel espejito mágico era el olor a gasolina de la embarcación. Mi hotel, un sueño de ébano suspendido entre palafitos justo en el centro de un dulce espejismo. El cansancio y las ganas de explorar al día siguiente muy temprano aquel paraíso me empujaron de la embarcación directamente a la cama.