Antigua son sus calles empedradas,...
Antigua son sus calles empedradas, siempre llenas de gente (muchos de fuera, también muchos de acá). Caminar por ellas es retroceder a un tiempo de coches de caballos, paseos al atardecer, casas con rejas en las ventanas donde los jóvenes "pelaban la pava". Son siempre bastante tranquilas, más aún por la noche, donde puede oírse un verdadero silencio en los barrios un poco más apartados del centro.
También sus calles son el escenario de viejas vendedoras de tejidos, de rincones más pobres donde aún no ha llegado el empedrado -y menos el asfalto-. Son calles de tiendas de informática y tecnología, zapaterías, decenas de restaurantes, otros más de bares y salas de conciertos. Uno no puede cansarse nunca de esta ciudad, tan guatemalteca y cosmopolita a la vez. Es, con mucha diferencia, la ciudad más segura y la más bella de toda Guatemala. No en vano mucha gente que viene a pasar una semana se queda a años, o a vivir, con la excusa de aprender idiomas -está llena de academias de español- o a montar otro de los emergentes negocios de turismo.