La economía del arte
Martorell es una villa industrial que nos regala dos maravillosas joyas si nos acercamos a ella en nuestro periplo por tierras catalanas. Uno es el Puente del Diablo y otra (u otras) es la impresionante cantidad de casas con decoración esgrafiada, de la que un día hablé en mi viaje por Suiza.
Constituyen un ejemplo tan vistoso de este tipo de expresión artística que bien merece que hablemos un poco sobre ellas mientras paseamos por la Villa.
De todos los edificios que se adornan con esta técnica, sin duda el más hermoso es el ayuntamiento o Casa de la Vila, un palacio del siglo XVI que decidió engalanar sus paredes en 1937 con este elegante vestido de yesos y pintura. Según recorremos sus calles vemos otras muestras que aunque son relativamente ( algunas no tanto) modernas tienen una clara inspiración romántica e incluso modernista.