De la España profunda a la era de internet
Pocas regiones españolas tienen connotaciones tan singulares como Las Hurdes. Territorio abrupto e inaccesible durante generaciones, olvidado en la esquina más desfavorecida de Extremadura, los valles hurdanos fueron paradigma de atraso y marginación hasta hace apenas unas décadas. Pero el escenario ha cambiado radicalmente y lo que antes era una excursión al fin del mundo hoy es una agradable escapada de turismo rural a una de las comarca extremeñas con más personalidad. Las Hurdes ya no son aquel territorio mísero que filmó Buñuel. La era de internet ha llegado también a este apartado rincón cacereño.
Desde Coria seguimos la EX - 204 hasta Pinofranqueado, la entrada sur Las Hurdes y la localidad más poblada y con más servicios de la comarca. Aquí está el Centro de Documentación de las Hurdes.
Caminomorisco es la segunda población en importancia. Conserva algunos restos de urbanismo popular hurdano en torno a la plaza del Ayuntamiento. A ocho kilómetros por pista de montaña está el mirador del Alavea y el salto de agua del Chorreón del Tajo, un interesante espacio natural.
Si seguimos la EX-204 en dirección Salamanca hasta Vegas de Coria encontraremos el río Hurdano, el corazón de la comarca. Torcemos a la izquierda para remontar el cauce en busca de las Hurdes altas. El paisaje se hace más abrupto, con laderas escarpadas de pizarras y esquistos, surcadas por numerosos arroyos en cuyo fondo crecen bosques de ribera de alisos, fresnos y sauces.
El primer pueblo del valle es Rubiaco. Aquí conviene dejar el coche y salvar a pie el escaso par de kilómetros que lo separa por pista de tierra de Horcajada, una aldea casi deshabitada (un solo vecino) en la que encontraremos por fin un pequeño pero compacto núcleo de auténtica arquitectura hurdana. Otra aldea con interesante arquitectura rural es La Batuequilla, situada a igual distancia de Rubiaco, pero en la otra ladera del río Hurdano.
Río arriba llegamos a Aceitunilla, otra singular localidad, que tuvo que ser un lugar impresionante cuando todas sus casas de piedra y pizarra negra estuvieran abiertas y en pie, agolpándose una sobre otra, como si se sujetaran mutuamente para no precipitarse al vacío. Pese a las nuevas construcciones, Aceitunilla sigue siendo el núcleo mejor conservado de todas Las Hurdes, junto a Riomalo de Arriba. Ésta última se salvó del urbanismo más feroz gracias a su intrincada localización en lo alto del valle. El compacto mar de tejas de pizarra negra de Riomalo que se observa desde la carretera queda un tanto afeado por uralitas que salpican aquí y allá, pero aún así es un conjunto urbano excepcional, donde la sabiduría popular supo crear un lugar habitable sin más medios y herramientas que las que le daba la naturaleza cercana. No queda más que una veintena de vecinos.
Para dormir y comer
Hospedería Hurdes Reales, en Las Mestas; tel. 927 43 41 39. El mejor alojamiento de la comarca. Pertenece a una red de hospederías rurales de alta calidad puesta en marcha por la Junta de Extremadura.
Hotel Cristania, en Caminomorisco; tel. 927 43 53 38). Sencillo y correcto, bien situado para explorar toda la comarca. 'https://hotelruralcristania.es'
Restaurante del hotel Cristania, en Caminomorisco; tel. 927 43 53 38. Cocina tradicional hurdana.
Más información
Oficina de turismo de Caminomorisco (927 43 53 29).'https://www.todohurdes.com'