macmuseo
La fiebre del oro de Roma.
La visita a este enclave berciano fue una feliz experiencia. Pero hay que hacer un esfuerzo mental para tratar de retrotraerse a un tiempo en el que existía una montaña y que, a base de esfuerzo y de tecnología puntera en el primero y segundo siglo de nuestra Era, se fue diluyendo como si de unas cárcavas se tratasen para conseguir obtener las ansiadas pepitas de oro con las que fabricar las monedas romanas.
![](https://images.mnstatic.com/e9/0c/e90c7698d46a01c59a64586d44f0a35e.jpg?quality=75&format=png&fit=crop&width=65&height=65&aspect_ratio=65%3A65)
![](https://images.mnstatic.com/2f/74/2f74ca7240717043fb5e441cba6115f5.jpg?quality=75&format=png&fit=crop&width=65&height=65&aspect_ratio=65%3A65)
![](https://images.mnstatic.com/e2/e8/e2e8439f538146d41d2fae5502bc25df.jpg?quality=75&format=png&fit=crop&width=65&height=65&aspect_ratio=65%3A65)
+55