Buena comida de montaña
El restaurante se encuentra en el pueblo gerundense de Sils. Es una casa de payés espectacular donde te atienden los propietarios del restaurante. El trato es muy caluroso y agradable, tanto en la recepción como en la atención durante la comida el trato ha sido muy familiar.
La carta es amplia y muy de la tierra. Pedimos unos calçots magníficos y un cordero rebozado espectacular. El embutido de la tierra estaba delicioso. Los postres no defraudaron: la crema catalana de la casa, peras al vino, couland.... Acabamos con los cafés, que para los "cafeteros" de la mesa, como es mi caso lo encontramos muy bien hecho. En todos los restaurantes hacen café, pero pocos saben hacerlo bien. El precio correcto. Finalmente nos invitaron a un chupito de licor.