Decepcionada con los trabajadores.
Después de una primera visita que nos encantó, decidimos volver a la semana siguiente con otros amigos: un grupo de 8 personas (con niños incluidos), una hora y media de camino y cuando llegamos nos cerraron el acceso a las cuevas a pesar de que todavía no había llegado la hora del cierre. Nos informaron en la oficina de turismo que debíamos estar media hora antes del cierre (18.30h), así que fuimos con tiempo y nos llevamos una gran decepción cuando delante de nuestras narices echaron la cadenita a las 18.18h y no nos dejaron pasar.
A pesar de nuestras protestas ante esta situación injusta no nos permitieron la visita pese a estar en el horario adecuado. Casualmente no tenían hojas de reclamación en la caseta donde venden las entradas, así que nos mandaron a la oficina de turismo sabiendo que estaba cerrada.
No teníamos medios para ejercer nuestro derecho a poner una reclamación: en la caseta de los tickets nos los negaron, y con la oficina de turismo y el ayuntamiento cerrados, la única opción que tuvimos fue poner una denuncia ante la policía, e irnos muy enfadados y decepcionados con las únicas personas que allí estaban sin ningunas ganas de trabajar.