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Limpias

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6 opiniones sobre Limpias

Descubriendo Limpias

Llegamos hasta Limpias en tren, poca gente sabe que Limpias cuenta con estación de FEVE y aunque no es una línea competitiva para la vida diaria por su escasez de frecuencias y el excesivo tiempo de viaje, resulta una estupenda opción para realizar viajes turísticos. La estación se encuentra junto a uno de los brazos en que se divide la ría de Limpias y aunque se ve que vivió tiempos mejores todavía conserva algo de ese aire romántico que tienen las viejas estaciones de tren.

Partimos andando hacia el núcleo urbano de Limpias, para ello seguimos la carretera que cruza la isla de Viar, abrazada por la ría y conectada a las orillas a través de dos puentes de piedra. Esta zona ubicó gran parte de la actividad industrial del municipio, de lo que dan muestra los restos de instalaciones fabriles que aún se mantienen en pie, destacando sobre el resto una fábrica de añil famosa por su alta chimenea. Hoy en día estas fábricas se han sustituido por un micropolígono donde se concentran diversas empresas. El resto de la isla fue utilizada por los vecinos para labores agrícolas o ganaderas e incluso se conservan los restos del molino de la Grazosa, uno de los abundantes molinos de marea que existían en el tramo bajo del río Asón.


Por fin llegamos al núcleo urbano de Limpias y nos recibe imponente desde su atalaya el colegio de San Vicente de Paúl, inaugurado en 1900 y todavía en funcionamiento actualmente. Por allí cerca encontramos otra curiosidad del pasado, el muro de mampostería de una finca todavía conserva las lajas de piedra verticales que servían de apoyo a las vides, tan comunes por aquí en otros tiempos.

Decidimos seguir la carretera hacia la derecha, hasta el límite con Ampuero. A nuestro paso nos encontramos con algunas bonitas casas de indianos y llegamos hasta la entrada del Parador Nacional ubicado en el Palacio de los Condes de Albox. Tras la imponente portalada de piedra se abre un bello jardín y el edificio del Palacio en lo alto, al que le han añadido un suplemento (muy poco conseguido estéticamente para mi gusto) a fin de poder ofrecer las comodidades propias de un hotel de estas características. El palacio fue terminado en 1903 y era propiedad de D. Manuel Eguilior y Llaguno, destacado político liberal y alto técnico de la Administración del Estado nacido en Limpias y que vio culminada su vida con una serie de altas distinciones (Gran Cruz de Isabel la Católica y Gran Cruz de Carlos III), coronadas con la concesión del título de conde de Albox (1905), por parte de Alfonso XIII.

Pasado el Parador, llegamos al barrio del Collado situado justo en el límite con el municipio de Ampuero. Allí podemos contemplar un grupo de casas de origen medieval y arquitectura típica, con sus balconadas, escudos y arcos de piedra.

Retornamos hacia el centro del pueblo y nos desviamos a la derecha, por la calle Dehesa que nos conducirá hasta el barrio de Rucoba y la iglesia de San Pedro pasando junto a la Casa Torre del Pico.

Ya en el barrio de Rucoba nos encontramos con algunos bellos ejemplos de casonas tradicionales y algún palacete de familia acaudalada. Pero el edificio más destacado es la Iglesia de San Pedro. Fue en la antigüedad Monasterio y hacia el año 1500 se comienza a construir y convertir en iglesia, con el transcurso de los años fueron añadiéndose capillas, hasta formar un templo de tres naves con bóveda de crucería gótica tardía. La entrada principal es una portada de estilo herreriano con un retablo de piedra de dos cuerpos y de diseño novedoso en la época. El altar y retablo mayor fue construido en el siglo XVIII sustituyendo al antiguo retablo. El templo alberga numerosas obras artísticas pero la escultura de mayor relevancia es sin duda El Santo Cristo de la Agonía, una hermosa escultura enviada desde Cádiz en 1755. Dicen que en la Semana Santa de 1919, estando el templo completamente lleno de fieles, unas niñas que estaban devotamente rezando, interrumpieron la misa y salieron atemorizadas y llorosas de la Iglesia, decían y afirmaban que el Santo Cristo de la Agonía había movido los ojos y las había mirado dulcemente. Días después, el 12 de Abril, volvió a repetirse el prodigio. Los Reverendos Padres, intentando aplacar a la multitud que se echaba atropelladamente a los pies del Cristo agonizante, no podían articular palabra al comprobar ellos mismos la veracidad del milagro. La noticia se extendió y dio lugar a que se venere tan prodigiosa escultura.

Dejamos el barrio por la carretera que asciende desde el aparcamiento hasta el barrio de Palacio, donde podemos visitar la ermita de San Roque y ver la Casa Torre de Palacio. Desde allí descendemos por la carretera hasta el barrio de Espina al que accedemos tras cruzar un sencillo pero coqueto acueducto del que no he podido encontrar más datos que el hecho de que tiene unos 200 años. Junto a el, formando un conjunto monumental, se encuentra la ermita de La Piedad que recibió numerosas donaciones de indianos de Perú, y además de su retablo neoclásico, alberga una notable colección de pintura andaluza de los siglos XVIII y XIX.

Descendemos hasta el paseo junto al río por una de las callejuelas empedradas que comunican la carretera general con el río. En ellas se conserva todavía el aire de barrio de pescadores, con casitas humildes, con sus flores en los balcones y con sus huertos llenos de verduras y frutos de temporada. También encontramos algún ejemplo de casas señoriales características del esplendor que algunas familias de Limpias alcanzaron en otras épocas, como el Palacio de los Condes de Limpias.

Finalmente cerramos nuestro circuito por Limpias en el barrio del Rivero, donde se situaba el antiguo puerto fluvial del mismo nombre. Del puerto quedan pocos restos salvo el muelle con las rampas de acceso a la ría, un antiguo noray donde amarraban los barcos atracados y el edificio de la Lonja del s.XVIII. Por el puerto de Limpias navegaron grandes veleros, pataches, bergantines, cachemires, urcas,… Lanchillas y pinazas lo recorrían al servicio de las grandes naos. Se transportaba, cargaba y descargaba una gran variedad de mercancía, en especial el hierro. Se dice que en fechas anteriores al siglo XIV, los Cariaga de Bilbao llegaron a Limpias y fundaron ferrerías en la zona -una de estas ferrerías de importancia se encontraba en Bernales, barrio de la localidad de Ampuero-. Se hace mención a las minas de zinc, de galena y de hierro de Limpias. La mina de hierro, aunque de escasa producción, se encontraba en el barrio de Perigullano. En el lugar de la Venera se depositaba la vena de Somorrostro y el hierro de las minas de Limpias. -La Venera es en la actualidad la plaza del Ayuntamiento-. En 1832 había en explotación un gran número de canteras de yeso. Mercancías como el maíz y las recuas de mulas, entre otras, se traían desde Castilla para su embarque junto con la producción del mismo municipio de Limpias: Nueces, castañas, legumbres, limones, naranjas agrias, vinos –chacolí- que se exportaba hacia América, ganado vacuno, cerda y lanar, los preciados y abundantes salmones, truchas y anguilas, y las hoy estimadas angulas, proporcionaron al municipio un gran tráfico mercantil y portuario.
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