Mucho lirili y muy poco lerele
El local es bastante amplio la verdad, es una superficie enorme dividida en dos, fumadores y no fumadores, es gracioso ver que no fumadores está vacío pero que simplemente está separado de fumadores por un cutre biombo de estos de chigre de toda la vida, vamos, que al final todo el local es de fumadores.
A lo largo del local está toda la barra, puedes tomarte en ella una buena sidra y algo de picar mientras esperas a cenar o comer, al fondo del todo están las cocinas y también baños, pero a la entrada también los hay, todo se complemente con una serie de cuadros en honor a Fernando Alonso, mallots de ciclismo y algún cuadro que hace referencia a la sidra, vamos que la decoración es fea en comparación con lo que exteriormente ofrece el local.