Un Cupcake para Viajar en el Tiempo
La historia de Magnolia Bakery es, como muchas en Estados Unidos, la del esfuerzo y el empeño por conseguir hacer realidad un sueño. El original nació en el corazón de Greenwich Village, Manhattan en 1996, como un intento de recuperar los sabores, colores y también el local de la época dorada estadounidense. Las fundadoras fueron Allysa Torey y Jennifer Appel
Tomar un café y un dulce, eso sí, muy a la americana. Para que te lo lleves, o bien te lo tomes de pie en una pequeña barra con vistas al exterior.
Poco a poco la marca se consolidó, no solo entre los nostálgicos, conocieron la fama gracias a la serie Sexo en Nueva York, y finalmente, tras diversos avatares, en 2007, con la premisa de mantener el espíritu original, Magnolia Bakery pasó a manos de Steve y Tyra Abrams. Desde entonces se ha expandido, cuidadosamente, hasta llegar a los siete locales, ha traspasado las fronteras de New York, y del país, llegando hasta Chicago, Los Ángeles y Dubai.
Los cupcakes, de temporada, chocolate y calabaza (estábamos en pleno Halloween) eran cremosos y no demasiado dulces, con lo que nosotros encantados. El ambiente era festivo, con gente en constante movimiento, entrando y saliendo con las cajas de cupcakes, aunque también ofrecen cookies, cakes, brownies... Para que no nos volvamos locos, tienen expuesto el calendario mensual de cupcakes: a cada día de la semana le asignan unos cuantos tipos de cupcake. En octubre, los destacados eran el de Pumpkin y el Red Velvet.
Un buen lugar para revivir una época.
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