El paraíso para los amantes de esta marca de mostaza que en su versión más clásica se suele conseguir en muchos países
El paraíso para los amantes de esta marca de mostaza que en su versión más clásica se suele conseguir en muchos países. No obstante aquí hay una centena de sabores tan arriesgados como deliciosos y para los que les cuesta creerlo hay degustaciones permanentes. Cacao con frambuesa, cilantro, cebolla caramelizada y de los más impresionantes con trufa. Para los coleccionistas disponen de frascos de barro con tapas de corcho que se rellenan con sifones dispuestos en una especie de barra de estas pastas. El lugar y la puesta en escena son espectaculares. Las más pequeñas de esta delicias rondan los 5 euros.