En medio de un valle
Marchena se levanta en medio de un valle, entre dos colinas. Tierra eminentemente agrícola, ha visto nacer a importantes cantaores flamencos, que han llevado por todo el mundo el arte indiscutible de esta villa sevillana. Su fisonomía guarda un rancio y auténtico sabor andaluz y es testigo de siglos de historia.
Unida desde el siglo XIV a los Ponce de León y Duques de Arco, pasa a ser su joya más preciada, por lo que la embellecen y desarrollan arquitectónicamente como pocas otras villas de Andalucía.
Esto hace que en su catálogo de imprescindibles figuren un buen número de edificios civiles y de iglesias cargadas de valor artístico.
Las casas se abren a los visitantes si se muestran curiosos y respetuosos. Una palabra dicha en el momento exacto, puede hacer que cualquier marchenero se ofrezca, orgulloso a enseñarnos su fresco y colorido patio, cuidado con esmero y amor, como toda la villa de Marchena.


