José Marranzini
Me transportè en el tiempo.
Cuando estuve en el estadio, sentado en las gradas, escuchando la audioguìa, en un momento pasan unos segundos de un discurso de Hitler, y me puse a imaginar lo que deberìa ser ese momento. No hablo de lo nefasto del personaje, sino de la historia que tiene ese estadio. Deberìa ser declarado un teatro, porque es ingresar y admirarlo. Las paredes, los recuerdos de las olimpìadas, los monumentos que ahì se encuentran.
Un gran estadio en una grandìsima ciudad.
Estuve pocos dìas, pero seguro que Berlìn es parte de mi mundo.
