Un picada de película
Ubicado en la tradicional esquina de Avenida Pellegrini y Juan Manuel de Rosas (antes 25 de diciembre) este típico resto bar que está en manos de una misma familia desde hace más de 15 años, es la cita obligada de los rosarinos que quieren comer un abundante plato de pasta casera, las papas fritas cortadas a cuchillo, un inmenso carlitos con cerveza y su ya memorable picada especial Mengano, con la atención del mozo que conoce a su cliente y le pregunta si le trae lo de siempre o pedirá otra cosa.
Con el local refaccionado a nuevo, piso en el clásico damero, muebles de madera, espejos en las paredes, buena luz y en el medio la barra que deja al salón con forma de herradura, siguen manteniendo la clásica estructura de muy buena atención, muy buena y abundante comida y precios accesibles. Se encuentra abierto las 24 horas del día y aunque les cueste creerlo, no tienen teléfono, página web, mail y nada que tenga que ver con lo tecnológico, sólo dos plasmas grandes donde mirar deportes.
Llegamos temprano, 20.30 hs., de no haberlo hecho así no hubiésemos encontrado mesa pues a los 15 minutos ya había gente esperando que se desocupara una mesa y si bien las hay afuera, por las dos calles, hacía mucho frío.
Pedimos la picada especial Menggano, la que como podrán ver en la foto tenía jamón crudo, mortadela, bondiola, salame, tres porciones grandes de queso gruyere, tres de roquefort, tres de arrollado de pollo casero, milanesa de pechuga de pollo cortada, sándwiches de miga de jamón crudo y queso, aceitunas verdes y negras, pikles (encurtidos), una cazuela de salchichas en salsa y un plato de papas fritas. La acompañamos con tres chops cada una de cerveza tirada bien helada y una botella de agua mineral, lo cierto es que no llegamos al postre ni al café y con lo que quedó podría haber comido una persona más al menos.
El costo por las tres con propina incluida fue de 30€, es decir 10 € cada una. Un lugar absolutamente recomendable.