SerViajera
¿Algo mejor que los mercados? Yo los ...
¿Algo mejor que los mercados? Yo los adoro; es lo primero que visito cuando llego a una ciudad o pueblo que no conozco. Más allá del colorido, de los aromas, del animado ambiente popular, en los mercados uno se acerca a la intimidad de un pueblo. Entre vendedores, compradores y curiosos, uno aprende sobre su gastronomía, sus costumbres, la manera habitual que tienen para relacionarse entre sí. El mercado de Split, apostado contra los muros del Palacio de Diocleciano, me tuvo hipnotizada durante horas.
No es muy grande, pero cada rincón, cada rostro, es un fantástico desafío si uno es aficionado a la fotografía. Los dueños de los puestos llegan del área rural que circunda a Split con sus productos y sus vestimentas de otra época. Algunos traen cargas grandes de fruta, verdura, quesos, panes, frutos secos. Otros, los vendedores ambulantes, se pierden entre la multitud con una pocas ristras de ajo, o con higos, a los que llevan en cajas de madera cubiertos con hojas de parra y flores recogidas en el campo.
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