Acercarse al Tolosa es darse de bruces con este edificio.
Una preciosa estructura de columnas que se refleja sobre el río. El mejor día para visitarlo, es sin duda el sábado, cuando está en todo su apogeo y los puestos bullen de vida y productos locales. Quesos, setas, verduras, y un largo etcétera para visitar sin prisa, degustándolo.
Lo de degustarlo de una manera más elaborada no puede ser más sencillo, porque también hay un pequeño bar que aprovechando los productos del propio mercado elabora pintxos para animar el ánimo y el gaznate. Muy recomendable.