bueno con niños
El Miba pretende ser un museo de inventos e ideas pero para mi gusto se convierte en una parodia de lo que podría ser el museo, pues nos muestra inventos que rayan en lo absurdo y centra mucho el espacio de la segunda planta en unos posibles inventos futuros que dejan mucho que desear, más bien aburren.
En cambio no me fui con mal sabor de boca porque a mis hijos les encantó, es más, es el museo que más les ha gustado de los que han visitado.
Y eso que no pudieron probar el tobogán metálico que te traslada a la segunda planta o subterráneo porque estaba cerrado.
De todas maneras me parece un museo que por lo menos te anima a crear o idear cosas nuevas, a promover esta iniciativa.