La vista del fiordo
Leenane es un lugar de contrastes. Situado en uno de los extremos del increíble fiordo de Killary, un tajo de tierra y mar de casi 16 kilómetros de longitud y escondido entre las hermosas montañas que hacen de frontera para el condado de Mayo, es casi tan antigua como la Humanidad, ya que los arqueólogos han encontrado pruebas suficientes para demostrar que desde la prehistoria el lugar fue elegido por el hombre por esa extraña pero fascinante mezcla entre mar y montaña.
Pero no sólo atrajo a los primeros habitantes de Irlanda, sino que más recientemente su belleza magnética atrapó a artistas, deportistas, geólogos y aventureros que se vieron atrapados por el verde intenso de las colinas en verano, los naranjas y rojos de las montañas en otoño, la pizarra azul de los mares en invierno y según dicen una de las primaveras más suaves y hermosas de Irlanda.