Guadalupe Ramos Solano
Un molino harinero convertido en el rincón más romántico del mundo
Un molino, con sus engranajes en el interior y todo, convertido en un alojamiento con encanto, con sitio para dos, una ventanita en el techo por donde adivinar el tiempo de cada día, en el piso bajo encontramos una cocina con todo lo necesario, sin decoración superflua, y una salamandra que en invierno, además debe dar un calorcito... tengo que volver más adelante, las vacaciones no se acaban a finales de verano!!!!
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