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Mompox no está camino a ninguna parte, ...
Mompox no está camino a ninguna parte, hay que ir hasta allí y regresar desde allí… y en eso radica parte de su enorme magia. Ya conté que llegar hasta la ‘villa encantada’ es más corto, rápido y cómodo desde Santa Marta, pero mi siguiente destino era Cartagena, así que me embarqué en la aventura de las 8 horas que lleva llegar hasta allí. El viaje consiste en tres etapas: Una hora y media en taxi compartido hasta el caserío de Bodega (8000 $), luego una chalupa (6000 $, tardó 2 horas en salir, ya que el piloto espera a que se llene con al menos 15 pasajeros) que atraviesa en 20 minutos el impresionante río Magdalena hasta la caótica ciudad de Magangué.
Magangué es como un impresionante hormiguero: Sobre la costa del río se emplaza un interminable mercado que abastece a la gente que vive sobre el Magadalena. Ni bien bajas de la chalupa mil personas se te abalanzan ofreciéndote transporte. Tómatelo con calma; es mejor alejarse un poco del puerto fluvial y buscar una camioneta que realmente esté a punto de salir directo a Cartagena. La camioneta (30.000 $), cargada hasta el tope, tarda unas 6 horas y te deja en la lejana terminal de autobuses de Cartagena. De allí un taxi (12.000 $) hasta tu hostal… Sí, llegar a Mompox es una larga aventura y bastante cara, pero no dejes de hacerlo, el sitio es como introducirse en una novela de García Márquez.
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