Monasterio de la Encarnación

Entrar cuesta dos euros, aunque puede hacerse también con la entrada conjunta que venden en la Colegial, que está enfrente. Este convento se construyó en 1549 por Juan Téllez, padre del I Duque de Osuna. Primero fue un Hospital pero un siglo después la Duquesa lo entregó a una orden mercedaria.

Entras por un patio lateral que da a la Plaza de la Encarnación. Muy típico todo, palmeras, portón y una campana. Cuando tocas sale una monja y te acompaña toda la visita. Son dos hermanas las que se dedican a estos quehaceres turísticos, las demás limpian y cuidan del monasterio en total silencio. Me di cuenta de que nuestra guía procuraba no mirarme, y es que son de clausura.