Monasterio de las Descalzas Reales

Vamos cansados avanzando nuestro recorrido, descubriendo las plazas, los rincones y los viejos monumentos de esta antigua tierra tan acogedora con los visitantes.

Estamos muy cerca de la Puerta del Sol, esa plaza tan madrileña donde hemos vivido grandes tragedias como la guerra contra Napoleón y grandes alegrías como la proclamación de la Segunda República allá por el año 1931.

La Plaza de las Descalzas tiene un monumento emblemático: el llamado Monasterio de las Descalzas Reales. Fue fundado en 1559 por Juana de Austria, hermana del rey Felipe II y madre del futuro rey de Portugal Don Salvador.

El Monasterio de las Descalzas Reales se encuentra situado en la plaza del mismo nombre, entre las calles Arenal y la Plaza del Callao.

Es un monasterio del s. XVI fundado por Juana de Austria, hermana menor del rey Felipe II, en un antiguo palacio donde residieron Carlos I e Isabel de Portugal. Posteriormente su hermana María, al quedar viuda, también se refugió en el convento, al igual que su hija Margarita, que no se quiso casar con su tío Felipe II prefiriendo entrar en el convento como religiosa.
Las tumbas de las tres se encuentran en su interior, madre e hija en el coro, desde donde cantan la misa de los domingos de 12 las hermanas de clausura que viven en él, y Doña Juana en la Iglesia.

Miles de veces, había pasado por este lugar, y miles habían sido las veces que me había quedado con las ganas, debido a su restringido acceso, tan sólo 80 personas al día, 40 por la mañana y 40 por la tarde, en los dos únicos turnos de visita, por eso en las pasadas navidades, un día paseando por el centro vimos que no había nadie en la cola y que a las 11 se podía visitar, así que nos pusimos los primeros en la fila, que rápidamente empezó a formarse.

Sacamos una entrada conjunta del Monasterio de las Descalzas y el de la Encarnación, de esta forma aplican tarifa reducida y puedes ver los dos 6 euros mientras que con tarifa normal son 5 euros cada uno, pero no os lo recomiendo si no disponeis de tiempo suficiente para ver los museos en días diferentes, ya que es una auténtica maratón, después de ver el primero, nos faltaron las fuerzas para ver el segundo, conscientes de que no aprovecharíamos la visita, decidimos dejarlo para la semana siguiente, se puede guardar la entrada conjunta una semana.