Paraíso de cascadas
El parque natural del Monasterio de Piedra dicen que es el parque privado más visitado de Europa, y no es para menos. Tras pasar por taquilla (13.5€ con distintos descuentos) entramos en un mundo de naturaleza desbordante en medio de una región bastante seca, como es el sur de Aragón.
Durante el recorrido, perfectamente guiado con el mapa que nos dan, dicen que dura unas 2 horas y media, aunque para los que nos lo tomamos con calma dura bastante más, nos irá mostrando la gran cantidad de cascadas diferentes que hay en el parque. Hay de todos los tipos: con mucho caudal, con mucha pendiente, más reposadas, con árboles, con poca agua... e incluso con una cueva interior, como es la cascada Cola de Caballo, la más conocida.
Para visitar el parque aconsejo ir con botas de agua o sandalias bien sujetas, ya que vayamos en invierno o verano, siempre hay mucho agua y el camino puede estar inundado en varias partes. Además, aún en pleno agosto hace fresco en el parque, así que una chaqueta y ropa de abrigo no está nunca mal.
Lo único que me molestó de este precioso lugar, en el que disfruté de cada rincón, son los grabados en la piedra de algunas cascadas y árboles de esa gente incívica que no sabe apreciar la belleza de la naturaleza. Y también los gritos de algunos grupos que creen que están en la feria. Alejándose de estos grupos molestos, la visita al parque es una experiencia totalmente maravillosa.