Diez siglos después de que Oña fuera r...
Diez siglos después de que Oña fuera reducto celta, nació una niña llamada Tigridia. Su padre, el poderoso Don Sancho García, Conde de Castilla, decidió inmediatamente su destino: La pequeña sería monja, así que realizó grandes donaciones para la fundación del Monasterio de Oña, el que entregó como dote a su hija dulcísima. La infanta convirtióse entonces en la primera abadesa del Monasterio Benedictino de San Salvador y luego en santa Tigridia, como reza su epitafio en un altar de la iglesia. Así comienza la larga historia de uno de los focos más intensos de la cultura y la vida monástica del medioevo europeo, parada obligada en el Camino de Santiago, lugar de encuentro de ilustres personajes y panteón de condes de Castilla y reyes de León y de Navarra, uno de los cuales, Sancho Mayor, fue padre de Fernando, primer rey de Castilla.
Muy transformado a través del tiempo, el Monasterio de San Salvador tiene orígenes de fortaleza con detalles románicos, increíbles muestras góticas y una impresionante fachada barroca. Actualmente es un centro asistencial de acceso restringido, aunque la iglesia puede visitarse con un guía, previa cita en la Oficina de Turismo. El templo es una verdadera joya artística e histórica de Castilla y León. Todo en él asombra, los retablos policromados y los bellísimos frescos, la Capilla Mayor rodeada por una magnífica sillería coral, el panteón real con sus grandes sarcófagos, la sacristía herreriana y el excepcional claustro gótico. La experiencia es para no perdérsela: La iglesia de San Salvador es un gran museo, impactante por sus joyas y sus reliquias, pero más que nada porque cuenta buena parte de cómo se forjó la historia de España.


