Doblemente interesante, por el edificio y por las exposiciones
Aunque nuestra visita al Monasterio fue algo fallida, ya que se había ido la luz en todo el pueblo y por ello no pudimos visitar la exposición que inauguraba el ‘Espacio Carmen Thyssen’ dentro del monasterio con la muestra pictórica “Paisajes de luz, paisajes de sueño. De Gauguin a Delvaux”, con obras de la colección privada de Carmen Thyssen del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y del Museo Carmen Thyssen de Málaga.
Nos limitamos a visitar los espacios que tenían luz natural, y me pareció un lugar muy interesante, de arquitectura ecléctica por las múltiples renovaciones y reconstrucciones que ha sufrido en sus más de 1.000 años de historia.
La iglesia es de estilo gótico con una sola nave con crucero, con una parte románica con bóveda de cañón. La fachada principal es románica, con dos torres de cimientos de la época romana, la torre del Corn, rectangular, y la torre del Fum, de base semicircular.
Una construcción curiosa, que sirve de pórtico de entrada al monasterio, separada varios metros, es la Porta Ferrada, de época prerrománica y descubierta en 1931; se cree que es la fachada de un edificio que pudo ser la vivienda del abad del monasterio.
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