Tengo que decir que hace apenas un año ...
Tengo que decir que hace apenas un año no me habría planteado ni loco acudir a un espectáculo de este tipo, pero mi hijo de seis años se ha vuelto aficionado a los Monster Trucks y cuando nos enteramos que venían a Barcelona, decidimos darle una sorpresa. La verdad es que me lo pasé mejor de lo que esperaba y, pese a que el dispendio no fue pequeño, creo que en plan familiar amortizamos sobradamente la inversión.
Se trata, para quienes no estén familiarizados, de un espectáculo basado en los Monster Trucks, camionetas tipo pick-up que montan unas ruedas gigantes y que participan en dos tipos de competiciones: Una de carrera eliminatoria uno contra uno y otra de estilo libre en el que cada coche dispone de un tiempo limitado para hacer todas las piruetas que pueda.
Compramos entradas para el pit-party, una especie de fiesta preliminar al evento, en el que se pueden ver de cerca los coches y charlas con los pilotos. Inocente de mí, creía que un espectáculo de este tipo no atraería demasiada gente en una ciudad europea, pero incluso en el pit-party había cola y no sólo los niños, que eran mayoría, sabían muy bien de que iba el rollo, sino que muchos conocían al dedillo el nombre de cada coche e iban provistos de una libreta para recoger autógrafos (mi hijo, entre ellos).
No hará falta decir que el montaje es totalmente americano. Que es como decir: Algo hortera, muy bien organizado y con mucho merchandising de por medio. Ningún niño salió sin sus correspondientes autógrafos y fotos junto a los pilotos. Los padres pudimos contemplar de cerca los vehículos, que son auténticas maravillas de la técnica hechas a mano.
El espectáculo en sí no defraudó. Las evoluciones de los monater-truck son espectaculares, pero tampoco faltaron chear-leaders, motos haciendo acrobacias y hasta un tipo tirándose desde una grúa después de pegarse fuego. Absolutamente made in USA. El Estadio Olímpico, fue un marco muy apropiado y las 25.000 personas que siguieron el evento estuvieron muy participativas. Yo me esperaba una respuesta más fría, francamente.
Fueron cerca de seis horas y media de diversión que realmente valieron la pena y nos dejaron con ganas de repetir. Cosa que podremos hacer en los próximos años, ya que Barcelona figura ahora en el calendario de competiciones de esta deporte, por llamarlo de alguna manera.