El primero de Cinco
En un principio, fue Liguria y allí surgieron cinco pueblos, cinco maravillas que parecen flores marinas nacidas del Mediterráneo. Cinco teníamos intención de visitar, sólo dos conseguimos conocer.
El tiempo que deja la escala de un crucero que amarra en Livorno es poco, la distancia hasta la región no es corta, precisamente, y las carreteras que llevan de uno a otro están en un estado precario, despúes de las inundaciones del pasado invierno.
Así que con calma decidimos dejar los otros tres para otra ocasión y dedicarnos plenamente a dos.
Monterosso, es el más lejano de nuestro origen, y quizá el de más facil acceso. Una serpenteante carretera lleva hasta la entrada del pueblo, totalmente peatonalizado y con zonas de parking de pago. Una vez aparcado el coche entramos por una calle, la principal, que sin tener mucho de interés nos va preparando para la llegada a la playa que toca, literalmente su plaza mayor. Pero no nos paremos ahí. Vamos a continuar pasando por un tunel que nos lleva al otro lado de la montaña donde nos espera su cara más turística, una playa de arena que en días grises se ve gris..por lo que deduzco que debe ser de un precioso tono claro cuando brille el sol. Aquí vemos las infraestructuras de todo un pueblo turístico italiano: restaurantes, bares, apartamentos... Incluso una preciosa iglesia, por lo curiosa, que en esos momentos estaba cerrada.