El homenaje de una nación
Visto en películas, series y para los más bibliófilos protagonista de libros como " El Símbolo Perdido" de Dan Brown, es sin duda, uno de los iconos más reconocibles de la nación americana.
Situado en el centro del National Mall, entre el Capitolio y el monumento a Lincoln y al este de la piscina que lo refleja y que fue lugar de reunión de activistas por la paz, o de memorables discursos como el de Martin Luther King, se trata de un monumento con forma de obelisco todo él en mármol, granito y piedra de gneis. Según dicen es la estructura más alta del mundo hecha de piedra y la aguja más alta, con sus 170 metros de altura. El servicio del Parque Nacional estima que más de 800.000 personas visitan el monumento cada año.
Desgraciadamente no lo visité, sino que apenas lo vi de lejos. Y fue una pena, porque me hubiera gustado subir hasta la cima en el ascensor que lo vértebra y contemplar la vista que de la capital de Estados Unidos se tiene desde allí.
Como siempre me gusta incluir datos de estos megamonumentos, debo decir que lo forman casi 36.500 bloques, con un peso de casi 82.000 toneladas.
La imagen y el perfil de la ciudad estarían con toda seguridad incompletos sin la presencia de este gigante que homenajea al primer presidente de los Estados Unidos de América.
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