Moraira

Con la espectacular silueta del Peñón de Ifach en el horizonte, Moraira, que antaño fuera una humilde aldea de pescadores, es hoy una las ciudades más atractivas y con más servicios de la Costa Blanca alicantina.
La vida en Moraira late alrededor de su magnífico puerto deportivo y de sus 8 kilómetros de playas de arena y calas escondidas entre grandes rocas y acantilados. La playa de L’Ampolla y Platgetes, custodiadas por un torreón defensivo del siglo XVIII llamado ‘Castillo de Moraira’ es sólo una pequeña muestra de los rincones maravillosos que podemos encontrar en la zona.
Moraira se destaca por su exquisita gastronomía.

Moraira es un lugar encantador, es un auténtico paraíso para todo aquel que quiera descansar del ruido, del murmullo constante de la ciudad. Es un bello pueblo donde relajarse de día y también de noche.

Sus playas y calas de agua cristalina te hacen sentirte como en un sueño, el sueño ideal, perfecto.

Se puede disfrutar del pueblo en pareja, en familia o en solitario, porque hay gente de todas las edades.

Hay varios restaurantes en los que se come muy bien; además si te apetece tomarte alguna copita, también han pub's un tanto simpáticos.

Moraira es un centro turístico de excepción situado entre Javea y Calpe, su pequeño pueblo encalado, sus playas y su puerto deportivo lo convierten en uno de mis sitios preferidos para acudir en época estival, ya que además aquí no hay tanto agobio de gente como en las localidades de los alrededores y dar un paseo por su casco antiguo o bañarte en el Portet son una delicia.
Posee un completo centro con restaurantes y tiendas de todo tipo, además de una iglesia, y una torre defensiva que preside su costa.

Precioso pueblo costero de origen pesquero, en el que se come muy buen marisco. Además, hay mucha variedad de turista con el que poder interactuar y aprender nuevas culturas. A parte de tener una buena playa y un gran puerto, también se puede seguir una ruta que va desde un extremo del pueblo, y sube a través de la montaña hasta una torre vigía situada a gran altura, y desde la cual se ven unas vistas que impresionan por sí solas (si hace buen tiempo, se ve hasta Ibiza desde uno de los acantilados).

En fin, 100% recomendable para una buena escapada en pareja.

Comida buenísima! Los dueños se llaman Toni y Toñi y el bar se encuentra en la calle Juan XXIII número 10. Generalmente te ponen una tapita con lo que te tomes; hacen paellas, fideuas, arroz al horno típico de la Comunidad Valenciana, incluso todo tipo de pescado fresco de la lonja de Moraira, pero por encargo; tambien os recomiendo que pidais sangría (muy rica)! Tienen las tapas tipicas; tortilla de patatas, huevos rellenos, ensaladilla rusa, albondigas en salsa, boquerones, etc. Es un bar normal y corriente pero te quedas muy satisfecho de la comida!!

Ciudad turística, pero que no agobia. Mediterráneo en estado puro. Además fui en verano. Turismo de clase alta. Calas preciosas y pequeñas.

Una de mis calitas preferidas de Alicante, donde hay sitio para poder tumbarse a tomar el sol así como poder bucear y ver las maravillas del mundo marino de la zona, así como poder tomarse un refrescante mojito en el chiringuito colindante!
Un lugar perfecto!

Me pregunto quién escribe todo esto... Moraira no es ese paraíso que aquí se describe. Es un pueblito que pudo ser bonito hace mucho tiempo, pero que ha perdido todo el encanto con la invasión de turistas ingleses, que lo consideran colonia británica. Calles con docenas de inmobiliarias anunciando lujosas villas en inglés, restaurantes atestados de turistas rubicundos... el típico pueblo costero destrozado por la avaricia de sus habitantes. Aparte de las calas (también atestadas de guiris soberbios), nada que ver. Veo que aquí se usa la palabra "paraíso" con mucha frivolidad.