No solo se me puesieron los pelos como...
No solo se me puesieron los pelos como escarpias in situ, sino que cada vez que lo recuerdo vuelve a suceder. Ni siquiera sería necesario el letrero pidiendo el respeto del visitante, la crueldad que se respira en el ambiente emana de sus paredes, de cada reja, de cada baldosa... Sencillamente enmudece.
Introducirse mínimamnte y de lejos en el espacio tiempo, en lo que debio ser aquella masacre no deja indiferente al visitante, a quien, con facilidad se le tornarán los ojos vidriosos casi desde el primer momento.
Poco más queda por decir, solo que es un lgar de visita imprescindible en la capital de Camboya.