Resulta difícil resumir lo que vimos y ...
Resulta difícil resumir lo que vimos y sentimos al visitar este magnífico museo, porque nos pareció excepcional. Una visita que, para todos los amantes del arte oriental, es obligada.
Os aconsejamos que empecéis la visita por el elegante Hotel Heildelbach, 19 de la Avenue d'Lena, París. En su interior se encuentran las piezas más importantes de aquellas que Emile Guimet llevó a París en 1867, constituyendo lo que hoy se denomina las Galeries du Panthéon Bouddhique du Japon et de la Chine.
Este Museo puede pasar algo desapercibido, incluso se puede decir que es canibalizado por su hermano mayor. Merece la visita, además de por las obras, porque es un espacio sereno y agradable.