Museo recomendable
Fue una lástima no tener mucho más tiempo para admirar sus aulas, sus objetos, sus recuerdos.
Esa nostalgia que flotaba en el aire de tablas del 2 cantadas de carrerilla, cuadernos de los de antes y carteras de cuero; de esas como las que fabricaba mi abuelo Miguel que tenían un asa, dos Hebillas para cerrar sendas tiras de cuero y que se llevaban colgadas aunque fuesen generosamente más anchas que su espalda.
Una verdadera pena, porque entre románticos, juguetes de hojalata, orlas de maestros que podrían ser nuestros bisabuelos e interesantes instalaciones audiovisuales que recreaban las aulas de antes de la Guerra, el tiempo se disfrutaba de otra forma.