Es un museo subterráneo situado dentro una colina y que se compone de 14 salas comunicadas de tal manera que da la impresión de adentrarse en una mina. Al final del recorrido estas salas van a dar a la tienda de regalos, figuras o joyas hechas todas con cristal Swaroski.
Si tienes tiempo extra en Innsbruck merece la pena visitarlo.
Soy fan de Swarovski, y sinceramente me decepciono mucho, y más por los 11 euros que pagas por entrar. Vale más la pena los exteriores del museo (el gigante verde, el jardín y laberinto de atrás, y es de libre acceso) que el museo en sí. Esperaba ver una exposición enorme de figuras y el proceso de fabricación, maquinaria... Es un museo abstracto que juegan con tecnologías futuristas pero poco que ver con el cristal , donde lo único que vale la pena es la sala con maquetas de monumentos de cristal, y solo hay 4, y la enorme tienda. La sala con colecciones de figuras descatalogadas solo es para los socios.
Este museo dedicado al cristal de Swarovski fue inaugurado en 1995 en Wattens, a pocos kilómetros de Innsbruck.
Aquó podemos ver todo tipo de cristales que se utilizan para la creación de iluminación, decoración, joyería, figuritas .. Lo original de este museo es que es muy brillante, debido a los cristales.
Pero lo más impresioanate es la entrada, donde hay una cara gigante cubierta de hierba con la cara llena de brillantes que forman los ojos, las cejas, la nariz y la boca, de la que sale una cascada (también de cristales). Por supuesto, al final de la visita nos encontramos
